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lunes, 21 de diciembre de 2009

Carta abierta al Partido Liberal

Bogotá, diciembre 17 de 2009

Señores
Partido Liberal Colombiano
Ciudad


Hace más de diez años mi familia tuvo que abandonar el país debido a la violencia. Sin duda el destierro fue una experiencia dolorosa. Pero en vez de lamentarme, decidí enfocarme en la oportunidades que me brindaba la vida. Desde entonces esa ha sido mi actitud: donde los demás ven un problema yo veo una oportunidad.
Siempre me ha dolido que nuestro gran potencial como Nación sea desaprovechado y que nuestro Estado esté en deuda permanente con sus ciudadanos. Por eso, durante mi tiempo en el exterior, enfoqué mi preparación académica y profesional para desarrollar habilidades que algún día me permitieran aportarle al país.
Inicialmente, estudié economía en Montreal con concentraciones secundarias en ciencias políticas y gestión empresarial. Tras graduarme con honores, regresé a Bogotá y trabajé como consultor en proyectos de infraestructura portuaria, transporte masivo y urbanismo, lo cual me permitió conocer más de cerca las necesidades del país.
Luego, realicé un posgrado en derecho en Washington e hice una especialización en derecho comparado y arbitraje internacional en París. Estudié las medidas empleadas a nivel mundial para optimizar el funcionamiento de la justicia y las últimas tendencias en la resolución de conflictos. Recibí el título de Abogado y fui admitido a la práctica en Nueva York, donde trabajé en una reconocida firma en el área de litigio internacional.
Durante mis diversos estudios universitarios siempre me dediqué a investigar y analizar a fondo los problemas que aquejan a Colombia y a la región. Hace unos años, empecé a escribir columnas de opinión ofreciendo un análisis crítico, con el ánimo de generar reflexión social y no de obtener capital político. Además soy co-fundador de El Certamen (elcertamen.blospot.com), blog en defensa de la democracia liberal en América Latina, cada vez más asediada por las tendencias caudillistas y militaristas de la región.
Este año, al ver con indignación y profunda tristeza lo desprestigiado que estaba el Congreso de la República por la parapolítica, la corrupción y la infiltración de las FARC, decidí pasar de las graderías al foro. Con 26 años bien utilizados, abandoné una prometedora carrera en el sector privado y regresé al país para humildemente poner mis capacidades y empeño al servicio del bien común y de los ciudadanos.
Desde mi regreso a Bogotá he trabajado fuertemente, estudiando necesidades, desarrollando propuestas concretas y buscando el aval de un partido con una actitud progresista y comprometido con una participación ética en la democracia.
Admiro lo que Ortega y Gasset llamó “la suprema generosidad” de la democracia liberal, participativa y pluralista. Por lo tanto, siempre he sentido gran afinidad ideológica con el Partido Liberal Colombiano por su respeto a las libertades individuales, su lucha contra la desigualdad social, y su protección de los más desfavorecidos. Sin embargo, inicialmente me preocupaba su asociación con el manzanillismo político, las practicas clientelistas y la cercanía de ciertos liberales a líderes autócratas en la región.
Del Partido Verde, me llamo la atención el rechazo a las prácticas clientelistas y a los nexos con los grupos armados, su discurso de consecuencia entre fines y medios, y su compromiso con la protección del medio ambiente.
Del movimiento Compromiso Ciudadano por Colombia liderado por Sergio Fajardo, me pareció interesante el énfasis en la educación y en el desarrollo de la niñez, y también su firme postura contra la corrupción.
Tras estudiar los programas de estos movimientos y de hacer un cuidadoso análisis del entorno de la política nacional, he confirmado que en mi carrera política debo seguir perteneciendo al Partido Liberal.
La razón principal es que el Partido Liberal cubre las propuestas programáticas de los otros partidos, pero lo hace sin poner el personalismo político por encima de la institucionalidad. Aunque sea más difícil cambiar un partido tradicional desde adentro, como un demócrata, creo firmemente que es fundamental contribuir a la renovación y al fortalecimiento de una institución que tiene un gran legado, en vez de ser parte de una cultura de atomización y de caudillismo que es dañina para la democracia.
En los demás partidos me encontré con movimientos nuevos que son víctimas de mañas viejas. A pesar de tener buenas intenciones, están compuestos por líderes tránsfugas que están cayendo en lo que critican al apostarle más a la popularidad de unos personajes y al oportunismo político que al fortalecimiento de la institucionalidad.
Me inspira confianza y entusiasmo ver que los integrantes del Partido Liberal Colombiano han elegido como nuevo Director y Candidato Presidencial a un líder como Rafael Pardo, que cuenta con la autoridad moral para combatir la corrupción y el clientelismo, y con la visión necesaria para renovar el liberalismo.
Pardo tiene la talla, preparación y experiencia para ser Jefe de Estado. Además en un corto tiempo ha logrado vincular al liberalismo jóvenes líderes ejemplares como David Luna y Simón Gaviria. Junto a ellos, quiero romper esquemas desgastados y ofrecer un ejercicio del poder transparente, accesible e innovador. Pertenecemos a una generación que no es culpable de los males que sufre el país pero que se ha preparado a conciencia para asumir el desafío de enfrentar y solucionar esos males.
En el Congreso Liberal se confirmó el compromiso del Partido con la lucha contra la enorme desigualdad económica que acecha y polariza al país, fomentando la violencia. Así mismo, se definió como prioridad la generación de igualdad de oportunidades y la necesidad de universalizar el acceso a la educación, a las tecnologías de la información y la comunicación y a espacios públicos de calidad. El programa liberal reconoce que es imperioso generar desarrollo económico y empleo respetando el medio ambiente y la biodiversidad, y también propone mejorar la seguridad del país sin pisotear las libertades individuales y los derechos de los ciudadanos.
Por lo tanto, el programa del Partido Liberal recoge muchas de las propuestas de los otros partidos, pero con la virtud adicional de haberse definido por medio de una participación democrática y no impuesto desde la cima y a costa de la institucionalidad.
Además, como los ex-alcaldes y Fajardo, y al contrario del Presidente Uribe, Pardo propone una política ética, que rechaza la corrupción, el clientelismo y los nexos con grupos armados. Pero Pardo tiene el mérito de haber logrado guiar al Partido Liberal hacia ésta dirección dentro de un marco institucional pluralista y diverso. Al ser elegido mediante un proceso democrático, tiene facultades legítimas e indiscutibles para renovar el Partido, abrirle campo a nuevos líderes y preservar una institución que se ha construido con esfuerzo, sacrificio y sangre desde hace más de 168 años.
En nuestro país y a través de América Latina, la democracia liberal está siendo atacada y debilitada por líderes caudillistas que creen estar por encima de las instituciones, las leyes y la constitución. Para permanecer en el poder, sacrifican las libertades individuales y la prosperidad de sus ciudadanos, haciendo una política mesiánica, populista y nacionalista que apela más al temor que al uso de la razón.
Mientras nuestra atención es desviada por cortinas de humo y espejos retrovisores, se están desaprovechando oportunidades únicas que ofrece el renacer del orden mundial.
Las industrias de la creatividad, cultura y turismo, que podrían ser un poderoso motor de empleo, siguen desaprovechadas. Nuestra ventaja comparativa en biodiversidad sigue sin explotarse y tampoco nos estamos sirviendo de nuestro gran potencial para generar energía limpia, renovable y sostenible. Los niños, nuestro recurso más valioso, tienen un acceso desigual e inadecuado a la educación y a la tecnología del mundo moderno. Además conceptos de urbanismo verde y métodos de seguridad inteligente que mejoran la calidad de vida, siguen sin aplicarse.
Por todas las razones aquí expuestas, no creo que la solución para Colombia sea reemplazar a un gobierno personalista con otro. Debemos trabajar para que los colombianos le den la oportunidad a una propuesta respetuosa con las instituciones, pluralista y joven que armada de visión y audacia aproveche las oportunidades que el nuevo siglo le brinda a nuestro país. En consecuencia, con humildad, orgullo, esperanza y la mirada bien puesta en el futuro me uno a la evolución en marcha, me uno al Partido Liberal Colombiano.

Atentamente,





CAMILO DE Guzmán Uribe

8 comentarios:

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  3. Urbanismo verde?, una sola frase del trabajo del partido verde y lo denunciamos por plagio!!!

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  4. Hola Camilo,

    Como te lo dije hace un tiempo en un mensaje en la página de Confianza Electoral del PARTIDO VERDE me gustan tus ideas, pero pasar de pre-candidato a la cámara por el Partido Verde a Candidato por el Partido Liberal deja mucho que pensar.

    Saludos cordiales,

    Tatiana Cardona

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  5. El concepto de urbanismo verde y la lucha por el medio ambiente no es propiedad de su partido. Es una tendencia internacional de la que no se pueden apropiar tan sólo por su reciente afiliación con el partido opción centro. Les recuerdo que hace pocos meses, cada uno de sus líderes venía de un partido distinto que poco tenían que ver.

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  6. Camilo, usted parece alguien muy valioso para el pais. Espero no se equivoque al meterse en esa maquinaria enorme del Liberalismo, que tiene mucha tradicion, pero que tambien carga con muchos muertos y corrupcion. A parte queda el sabor de que comenzo su carrera politica como trasfuga... En todo caso, mucha suerte.

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  8. Gracias por su comentario. Más que un tránsfuga, me considero como alguien que hizo la tarea de estudiar propuestas distintas antes de anunciar su afiliación a un partido. Por definición un precandidato busca un aval y en esa condición aún no ha determinado su afiliación. Creo que muchas de las ideas verdes son liberales en esencia y mi decisión se basó en que creo que es importante apostarle a la renovación de las instituciones. Las bases del Partido Verde las sentó el liberalismo en 168 años de lucha por los desfavorecidos, la igualdad de oportunidades, la protección de las minorías y las ideas progresistas. En todo caso considero que proyectos como el del Partido Verde, que quieren construir instituciones, son valiosos para la democracia y les deseo el mejor de los éxitos.

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